No necesitas ser un adicto al gimnasio ni hacer una dieta radical. Los cambios modestos son más fáciles de alcanzar, y si se convierten en hábitos, podrían mantenerte en forma durante años
Vías rápidas de sangre, un sistema inmunitario que semeja un fornido guardaespaldas, huesos en constante reparación… el cuerpo humano es una obra maestra de diseño.