Han transcurrido seis temporadas de la serie Anatomía de Grey y Patrick Dempsey, más conocido como el doctor Derek Shepherd, sigue provocando taquicardias como el neurocirujano del (ficticio) Hospital Seattle Grace.
Este actor de 44 años volvió a lucir su bata de médico en la película Historias de San Valentín, una comedia homenaje al amor donde compartió cartelera con Julia Roberts y Anne Hathaway. No obstante, sin su estetoscopio, Derek no es más que un sencillo hombre de familia (casado con la maquilladora Jillian Dempsey, con una hija de ocho años llamada Talula y una pareja de mellizos de tres años, Darby y Sullivan); un apacible romántico y un ardiente amante de… las carreras de coches.
Por fortuna, hay otras cosas que revolucionan su motor. A continuación, Patrick nos releva algunas de sus debilidades.
- Sentido del humor, fortaleza y (¡Ay, Dios!) comprensión. Son las tres cosas que busco en una mujer.
- El sentido del humor de mi mujer. ¿Qué opina ella de mi apodo? Le hace gracia.
- La fortaleza de mi mujer. El matrimonio funciona mejor cuando los dos se abren por completo, permitiéndose ser fuertes e independientes para hacer cada uno lo suyo.
- La comprensión de mi mujer. Sabe lo importante que son las carreras de coches para mí, ya que me recargan las baterías. Cuando compito me siento completo y de ese modo puedo equilibrar la vida con mi mujer, mi carrera, mis hijos y conmigo mismo.
- Amor más que joyas. La gente sufre tratando de comprar alguna vez el regalo más adecuado a su pareja cuando, en realidad, debe enfocarse en el amor y no en un anuncio de diamantes. Los mejores días son mágicos y espontáneos, se desarrollan de manera natural.
- Matrimonio. Llega un momento en que toda relación trasciende la etapa de Romeo y Julieta, y surge un sentimiento de hartazgo. El secreto es redescubrir la inocencia; las pequeñas cosas. Hace poco, Jillian me sorprendió con un carillón de madera y pienso en ella cada vez que el viento lo hace sonar.
- El primer beso. Mi primer beso fue en un campo de béisbol. Estaba en quinto o sexto curso y me sentía muy nervioso, asustado e inseguro. Las chicas son lo único que importa a esa edad.
- Mi bata de laboratorio. Nunca pensé en ser médico. Para interpretar a un médico hay que proyectar un aire de autoridad, confianza y seguridad. Esa energía me gusta.
- Fingir. Es fácil hacer que la neurocirugía parezca real porque sólo hay que realizar pequeños movimientos; todo lo contrario de la cirugía a corazón abierto, que es mucho más “física”. Lo difícil es cuando mostramos el cerebro en televisión. A veces usamos órganos animales de verdad.
- El amanecer. Es mi momento favorito del día. De cualquier manera, todos nos levantamos a esa hora conforme pasan los años, sobre todo si se tienen hijos, así que más vale aprender a disfrutarlo. También me gusta la hora de ir a trabajar. Disfruto mucho del proceso de crear una serie. Para mí, esta combinación es lo que define un buen día.